Londres celebra hoy uno de los días más significativos para la familia real británica. La ciudad acoge el tradicional desfile militar de Trooping de Colour, ceremonia que está ligada al cumpleaños del monarca, aunque es independiente de la fecha de nacimiento de este. Sin embargo, las miradas hoy no solo estaban puestas en Carlos III, sino también en el príncipe Guillermo, sus tres hijos y Kate Middleton.
La princesa de Gales ha aparecido radiante, luciendo un elegante abrigo-vestido de Catherine Walker en azul aguamarina y blanco, inspirando en el armario de a Diana de Gales e Isabel II. Junto a su hija Charlotte, que a principios de mayo cumplía los 10 años, ha protagonizado un momento estilístico entrañable. Y es que la pequeña también ha llevado los mismos colores que su madre, con un vestido a tono de manga sa con detalle de lazo blanco en la cintura.
Aunque su look a juego no ha sido lo único que ha captado la atención, pues también lo ha hecho la preciosa melena de la hija mediana de los futuros reyes de Reino Unido. Su pelo rubio bien cuidado y cada vez más largo, brillaba bajo el sol con uno de sus peinados más icónicos.
Las trenzas se han convertido en una de sus apuestas más repetidas, especialmente este semirrecogido que comienza en la raíz con dos trenzas independientes, para después anudarse en una sola en la parte posterior de la cabeza.
Se trata de uno de sus peinados más frecuentes, que guarda incluso una similitud curiosa con los que también llevaban la princesa Leonor y la infanta Sofía en su infancia. Cada vez que la familia real británica acude a un acto importante, vemos cómo Charlotte apuesta sin cesar por este mismo recogido. Pero, ¿a qué se debe?
La hemos visto con él en citas como el 80º aniversario del Día de la Victoria, también en la misa navideña anual de Sandringham e incluso durante el torneo de Wimbledon, al que acompañó a su madre en las gradas el pasado año. Siempre son dos trenzas de raíz a los laterales que se juntan atrás fijadas con un lazo, que en esta ocasión, ha sido en color blanco para acompañar al de su vestido aguamarina.
Además de ser un peinado elegante y favorecedor, también resulta práctico: mantiene el cabello en su sitio y deja el rostro despejado durante largas ceremonias al aire libre como la de Trooping the Colour, algo importante cuando se trata de actos regidos por un marcado protocolo y de exposición tan pública. Además, es un recogido que equilibra la imagen infantil con la sobriedad esperada de una princesa.
En días tan señalados, este peinado se convierte también en un look con discreto guiño a la tradición: recogido, ordenado y con un toque de dulzura, exactamente como se espera de una royal de su edad.