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En 1972, le escribió una canción a la tierra de sus orígenes. Y en "galego". Como Deus manda. Comenzaba así: "Eu quero che tanto/ E ainda non lo sabes/ Eu quero che tanto/ Terra do meu pai/ Quero as tuas ribeiras/ Que me fan lembrare/ Os teus ollos tristes/ Que me fan me chorare/Un canto a Galicia, hey Terra do meu pai/ Un canto a Galicia, hey/ Miña terra nai".
Con una declaración de amor tan sincera, honesta y profunda a sus raíces, mucho estaba tardando ya el cantante español más internacional de todos los tiempos en asentarse allí donde siente la llamada de la sangre. O en echar la vista atrás y recordar "los olores" de antaño, "los sabores" perdidos, los amigos de cuando era un chaval… En definitiva, en comprarse por fin un refugio allí donde tanto quiere y tanto le han querido.
© Archivo ¡HOLA!"La nostalgia", apunta la estrella por si hay que echarle la culpa a un motivo concreto. Nos lo cuenta desde Miami, donde, allí, al otro lado del hilo telefónico, nos confirma que lo que se ha publicado por aquí es cierto, que hace dos meses la morriña le condujo a hacer realidad un sueño. Que "surgió la oportunidad" y, obviamente, la aprovechó. Cómo no iba a hacerlo si nos repite una y otra vez la misma frase: "Es que yo me siento gallego...".
© EFE"Es una casa bellísima en mitad del campo". Aunque la sensación espacial no sea real, porque si hablamos de cercanías, el inmueble y la finca, que supera los 1.500 metros cuadrados, está a "solo diez kilómetros de donde me crie de niño y visitaba a mis tíos, con cinco o seis años".
En concreto, la propiedad pertenece a la aldea de Villarino, en el Ayuntamiento de Piñor, un lugar donde no hay ni iglesia ni bar, de poco más de mil almas, pero que es conocida en la región por un dato económico (sus numerosas fábricas madereras) y por otro más mundano: por el padre de Julio, el doctor Iglesias Puga, que era oriundo de esta zona. De A Peroxa exactamente. Y que antes que padre del artista fue científicamente reconocido como uno de los pioneros en el estudio y desarrollo del parto sin dolor y fundador de la Maternidad de Madrid. Ahí queda.
"Me siento muy gallego", nos cuenta el cantante sobre los motivos que le han llevado a comprarse una casa en Galicia, muy cerca de donde nació su padre
La nueva residencia no es "solo" una forma de aferrarse a los recuerdos, a tiempos felices y despreocupados de la infancia y juventud, sino que supone un nuevo comienzo para la familia Iglesias en España. Y es que, tal y como contábamos en las páginas precedentes, Marbella ha sido durante años el destino vacacional preferido de Miranda y los niños, que en casa de los Iglesias Rijnsburger —a ser posible— siempre es verano.
© EFEPero ahora repartirán su tiempo con este otro punto, en el otro extremo de la península, donde la nubosidad es más variable e igualmente placentera. Nos lo cuenta Julio. Que si hay algo que más le pueda apetecer en el mundo es perderse entre prados y alamedas. Naturaleza a tope. O como él dice: "Yo quiero campo". Y que la casa, que perteneció al exalcalde de Orense Manuel Cabezas y su esposa, Ada Arroyo, afortunadamente, lo permite: la compraron en perfectas condiciones. "Solo ha hecho falta una puesta a punto. Está para vivir".
Y como vemos en estas imágenes, con vista aérea, la casa tiene un posición idílica y unas características campestres que ni el Petit Trianon, con todas las comodidades, pero dentro de la rusticidad del campo. Con su lago artificial, sus jardines atlánticos a la inglesa, una amplia piscina, habitaciones para todos sus hijos, un ascensor interior… y un espacioso garaje para acoger a una decena de vehículos. Adeus saudade.
